Dos de nuestros socios, Irene y Javi se conocieron en la carrera, vieron una oportunidad de emprender y se embarcaron en ello. Y si estáis emprendiendo o habéis emprendido alguna vez, entenderéis cuando decimos que quisimos correr antes de empezar si quiera a gatear. Y, a pesar de invertir muchas horas de trabajo, esfuerzo e ilusión, el proyecto no salió. Al principio fue una decepción, porque cuando crees en una idea mucho, cuesta más aceptar que no ha sido posible cumplirla, al menos en las condiciones en la que se encontró. Pero no desistimos. Ya teníamos las mariposas que provoca emprender, dedicar tu cuerpo y alma a una idea que es tuya, en que tú crees y que depende solo de ti y de tu equipo. Y a pesar de que emprender no es fácil, es muy gratificante.